Soy licenciada en Psicología por la UMU y en Pedagogía. Antes de finalizar mis estudios, los compaginé con un empleo de Monitora de Tiempo Libre, donde tuve mi primer contacto con niños. Me dí cuenta lo cercana que me sentía a ellos, a su visión abierta de las situaciones y a esa curiosidad que todos llevamos dentro.
Después ejercí como Auxiliar educativo, Educadora y Terapeuta en diferentes centros ocupacionales.
Más tarde fui Coordinadora y Psicóloga durante cuatro años en un Centro de día de Personas Mayores, donde me acerqué a sentir la gran vulnerabilidad y la grandeza de estas personas y me familiaricé con la demencia y el alzheimer. También me enseñaron estos años a trabajar en equipo, a ver como la motivación y la creatividad puestos al servicio de algo más grande puede obrar milagros. Más adelante estuve de Psicóloga en una Residencia de Personas Mayores durante siete años, siguiendo con mi misión de acompañar al dolor, a la vulnerabilidad, la soledad, la última etapa de la vida.
Desde el 98 compagino la consulta privada de psicología con los demás trabajos. Paradójicamente, a mi consulta (tras formarme en Terapia Familiar) empiezan a venir familias y sentí que podía ayudar a estos niños y, como no, a sus padres. Siendo hoy en día la terapia infantil y la de adultos la que me apasiona.
A lo largo de los años he alquilado varios despachos, en policlínicas y en salas de otros centros de psicología de colegas.
En el 2011 fundo Mi Propio Centro de Psicología SaludeVida en Alguazas, (Murcia) mi pueblo natal.
En todo este tiempo he atendido centenares de casos. Me gusta decir que mi trabajo consiste en “ampliar mirada, abrir foco”. Cuántas veces hemos sentido la angustia de pensar que no había salida, y la solución estaba delante nuestra, ¿verdad? Solo había que ensanchar la mirada.
En 2018 traslado definitivamente, el Centro de Psicología a la ciudad de Murcia, donde SaludeVida adquiere una dimensión distinta, ya con dedicación exclusiva. Paso consulta y coordino las actividades. Ahora, también, en un rol de empresaria, algo que me sigue dando vértigo, pero os confieso , que como todos los retos anteriores, lo estoy disfrutando.
Me siento muy afortunada y contenta del espacio físico y acogedor que he creado. Hay infinidad de recuerdos de toda mi trayectoria, para que no se me olvide cómo he llegado hasta hoy. Mis pacientes y amigos me verbalizan que se respira paz y sienten un ambiente de plena confianza.